"Cuando yo era muy, muy, muy pequeña, más pequeña que una cebolla o quizá más pequeña que un garbanzo, pues yo no vivía aquí, en esta casa, ni en esta ciudad, ni siquiera en este país porque vivía en un lugar al que llaman "el extranjero" y que por lo que se ve es un lugar que queda muy lejos de aquí".
Personalmente, si algo me gusta más bien poco son los cuentos que tratan sobre adopción. Simplistas y muy poco centrados en el verdadero protagonista de este proceso, el menor, suelo mostrarme bastante recelosa hacia este tipo de libros ilustrados infantiles. La narración de la historia personal de un niño o niña adoptada, debe tratarse con mucho respeto, naturalidad y, sin duda, privacidad, para lo que se exige por parte de la familia adoptiva de una necesaria preparación personal, normalmente unida a un duelo para muchos realmente difícil y, sin embargo, sinceramente reparador.
Evidentemente, este tipo de cuentos resulta una herramienta muy valiosa para acercarse a un proceso como éste y, sin entrar en jucios de valor, considero que es necesario que se den a conocer. Me gusta este cuento porque, más allá de ser una historia de adopción cuya narración puede agradarme más o menos, es también un cuento en el que se enseña el respeto hacia aquellos que no son iguales a nosotros. La tolerancia es el camino.
Con unas ilustraciones alegres y coloridas, la protagonista de El extranjero cuenta en primera persona su historia de adopción, una historia que va ligada a la narrativa que su madre le ofrece para que entienda el por qué aún siendo diferentes están unidas. La pequeña es también capaz de hablar de que su vida no comienza desde el momento en que se une a su madre, si no que también habla abiertamente de su primera madre, aunque la llame "mujer que me trajo en la barriga". Vuelvo a incidir en que no haré juicios de valor sobre el cuento. Sin embargo, integrar esta parte de su existencia en la historia personal de los menores adoptados es profundamente esencial para ellos. Cómo hacerlo depende ya de cada familia.
El lenguaje de la niña es sencillo. Nos cuenta cómo conoció a su perro Cholo, aquella vez que se alejó de la vista de su madre y se llevaron "un susto morrocotudo" y de lo contenta que está de vivir con ella. Este cuento nos permite asimismo tener la oportunidad con nuestros hijos e hijas de hablar de los distintos tipos de familia que forman parte de nuestra diversa sociedad.
Al final del cuento, se nos regala la magnífica posibilidad de poder leerlo completamente de nuevo en inglés, algo que personalmente considero un plus.
Podemos disfrutar de este cuento, escrito por Berta Piñán e ilustrado por Antonia Santolaya Ruiz-Clavijo, gracias a Hotel Papel Ediciones. Este álbum forma parte de la colección Violeta Infantil, una colección de textos para niños y niñas entre 3 y 8 años en los que aparecen personajes entrañables con valores positivos y libres de estereotipos.
La próxima entrada vendrá con un sorteo muy especial. Muchas gracias por estar tan cerca.
Seguiremos en Mis Cuentos Cuentan.