"Érase una vez una niña llamada Chuchu. Era una niña muy lista que siempre intentaba saber y entender qué sucedía a su alrededor. Cada noche cuando salía la luna ella buscaba a sus amigos y mientras jugaban Chuchu le cantaba una hermosa canción a la luna".
Este cuento tiene para mi especial importancia muy unida a lo sentimental. Lo compré al poco de abrazar a mi hijo por primera vez y lo hice gracias a la edición en español realizada por la Ong Abay. Esta asociación surge en el año 2008. Nace de la inquietud de un grupo de padres y madres adoptantes interesados en participar en el desarrollo de Etiopía, país que vio nacer a sus hijos, a través de acciones, procesos y programas de Cooperación para el Desarrollo Humano, Ayuda Humanitaria y, en general, acciones de ayuda solidaria con el pueblo etíope. Pero, además, esta asociación sin ánimo de lucro, promueve actividades en las que se puede acercar Etiopía en nuestras comunidades.
El cuento es sencillo. Está escrito en español y en amárico. Cuenta la historia de una niña cuyo mayor deseo era hacerse amiga de la luna, a la que cantaba cada noche. Tras varios intentos de "llevar la luna a su hogar", es la luna la que le ofrece su amistad y le pide a la niña que no olvide que debe estudiar mucho y ayudar a sus padres. Ella estará a su lado siempre que la necesite.
"Chuchu dijo: "haré todo lo que me pides, te lo prometo, mi luna hermosa". Después la luna salió del tazón de madera y subió al cielo, diciendo "tengo que irme, Chuchu, se está haciendo muy tarde, pero te prometo que dentro de un mes volveré"".
Las ilustraciones son de gran belleza y muestran la magia del cuento y su ternura.
El cuento ha sido escrito por la etíope Ruth Solomon Tesfaye y con la ayuda de Gaizka y Mari Paz, dos socios de Abay, el cuento se editó en amárico y en inglés en Etiopía, y posteriormente se ha realizado la edición que os muestro.
Seguiremos en Mis cuentos cuentan.