¡Olelé! ¡Olelé! La corriente es muy fuerte".
Ésta ha sido una de las primeras adquisiciones que elegí para mi bebé durante el largo y difícil período de espera de mi maternidad. Mientras no llegaba el momento de abrazarle, en muchas ocasiones, el CD ha sonado en mi casa, deseando profundamente escucharlo acompañada del que hoy es mi hijo. Sí, se puede querer a un hijo aún sin conocerlo. Quererlo cada día más ahora que está a mi lado me hace sentir realmente muy afortunada.
Este bello libro recopila 30 canciones infantiles que forman parte del mundo tradicional africano. Chantal Grosléziat ha conseguido reunir canciones de distinta temática (nanas, canciones de boda, bailes, juegos cantados, canciones de trabajo...) de la cultura de diez países africanos distintos y en once idiomas diferentes (banema, wolof, mina, bambara, kikongo..): un trabajo impresionante.
Las canciones se nos ofrecen con una transcripción de las letras originales y con su correspondiente traducción en español. Por supuesto, destaco también el hecho de que vengan enmarcadas en unas ilustraciones muy cuidadas, tiernas y con gran respeto a la diversidad. El colorido es magnífico. Y si ésto, que no es poco, se completa con un CD con todas las canciones, este libro se convierte en todo un regalo.
Os cuento un poquito más. Al final, podemos encontrar un anexo completísimo con una serie de comentarios que explican cada una de las canciones: su origen, su contexto cultural, gestos que las acompañan a la hora de cantarlas... Hay canciones en las que aprendemos las partes del cuerpo, los animales (una de las canciones es en la versión española la conocida como "A mi burro, a mi burro..."). ¡Os puedo contar tantas cosas! Pero no quiero "destripar" este espectacular libro que pertenece a una colección titulada Otras culturas.
Seguro que os encantará escuchar una de las canciones del CD. He encontrado un enlace a través del que podréis escuchar precisamente la canción con la que inicié la entrada. Esta canción es de El Congo. Procede de un cuento en el que los pescadores regresan siempre con las manos vacías. Se hace necesario ir a otro lugar. Entre conjuro y alabanza a los genios del río, esta canción la cantan adultos y niños. Es, sin duda, de nuestras favoritas. Pinchad AQUÍ y dejaros llevar por su belleza.
Os recomiendo enormemente este libro que podemos disfrutar gracias a la Editorial Kókinos. Ahora que pronto entraremos en tiempo de regalos y recuerdos, este libro se hace un imprescindible.
Seguiremos en Mis Cuentos Cuentan.