"When all through the house not a creature was stirring, not even a mouse. The stockings were hung by the chimney with care, in hopes that St. Nicholas soon would be there".
(Cuando en toda la casa, ni una criatura se removía, ni siquiera un ratón. Las medias estaban colgadas junto a la chimenea con esmero, con la esperanza de que San Nicolás pronto estuviese allí).
Se acercan días de descanso creo deseados por todos y todas, días especiales llenos de emociones distintas y a las que hay que validar. Llegados a estas fechas, con vuestro permiso, es posible que me tome un descanso hasta finales de mes en el blog. Con todo, no podía dejar de desearos una muy Feliz Navidad y mostraros una aportación muy especial muy apropiada para estas fechas.
El cuento que hoy os enseño será uno de los regalos que mi hijo descubrirá el día de Navidad y estoy segura de que le gustará. Se sentirá extrañado en un principio, y es que ver un Papá Noel negro no es muy habitual, más allá de los que nosotros pintamos en casa.
La historia del cuento transcurre la noche de Nochebuena, esa noche que los niños y las niñas esperan y preparan con tanta ilusión. Rachel Isadora recrea el clásico poema de Clement C. Moore, The Night Before Christmas (1825). Pero, para ello, nos transporta a una aldea africana en la que la nieve empieza a caer. Mientras los niños sueñan con dulce confite, la mamá que lleva en su cabeza un pañuelo estampado, y el papá (que hace de narrador) con su gorra tradicional africana, escuchan un estrépito fuera.
El padre se asoma por la ventana y descubre que un trineo y unos ocho renos se han posado sobre el tejado de su hogar.
Y aparece San Nicolás, con mejillas redondas y de color rosa en su piel marrón, vestido con un abrigo rojo y un sobrero también rojo y especial, que se posa sobre unas rastas blancas como la nieve. Con botas negras y anaranjadas y pantalón con estampado de piel de jirafa, Santa Claus guiña el ojo al padre para indicarle que no hay nada que temer. Sin mediar una palabra, se va directo a su trabajo y llena los calcetines de juguetes típicos africanos. Con un dedo al lado de su nariz, asiente y sube de nuevo por la chimenea. Se sube a su trineo, silba a su equipo y vuelan lejos. Sin embargo, el papá cuenta como lo oyó exclamar, ya fuera de su visión, "FELIZ NAVIDAD A TODOS, Y A TODOS BUENAS NOCHES"
EL formato de sus preciosas ilustraciones tipo collage, lleno de color y vitalidad, hacen de este libro un obra de arte, otra joya literaria que ocupará seguro un lugar muy especial en nuestra estantería. Me encanta este cuento y estoy deseando ver los ojos de mi hijo cuando lo descubra. Habrá que esperar un poquito más.
Seguiremos en Mis Cuentos Cuentan.